AIMPLAS y FERMAX desarrollan un bioplástico fabricado íntegramente a partir de este vegetal
Se está desarrollando, en el marco del proyecto europeo Bugworkers, un plástico biodegradable producido íntegramente a partir de la paja de trigo y con las propiedades requeridas para ser empleado en la fabricación de electrodomésticos de gama blanca y en el sector de la electrónica doméstica. La paja de trigo es un residuo agroindustrial que cobra a partir de este proyecto un mayor valor añadido y por el cual se conseguirá reducir considerablemente el coste de fabricación de un plástico biodegradable.
El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) está llevando a cabo una iniciativa como coordinador del proyecto europeo Bugworkers, en el que participan un total de 15 socios europeos entre los que destaca la también valenciana Fermax y el centro tecnológico vasco Tecnalia.
La paja de trigo además de ser un material de bajo coste por su origen puramente residual, se encuentra fácilmente en casi toda la zona centro de Europa y constituye el 100% del aporte de materia prima para la producción de plástico biodegradable. Del mismo residuo agrícola se consiguen extraer nanomateriales (como las nanofibras de celulosa y las nanopartículas de lignina) que constituyen el aditivo clave para mejorar las propiedades del material y que hacen posible su utilización en sectores como el de la electrónica o la fabricación de electrodomésticos de gama blanca.
Hasta el momento, los integrantes del Bugworkers han logrado alentadores resultados en la eficiencia del proceso y dado estos resultados se llevarán a escala industrial permitiendo hablar de unos costes y propiedades muy competitivos. “Es necesario un alto rendimiento en el proceso de síntesis de bioplástico mediante el uso de bacterias para poder hablar de un producto competitivo a nivel de costes, y en Bugworkers se están consiguiendo resultados muy positivos en este respecto”, señaló Ana Espert, coordinadora técnica del proyecto en AIMPLAS.