Según la ONU en el 2030 la demanda por el agua podría superar en un 30% a la oferta
El agua es un recurso natural necesario en el día a día de todo hogar. La Tierra está formada por aproximadamente un 97% de agua salada y solo el 3% restante es dulce, la utilizada para el consumo. Sin embargo, que sea necesaria no significa que sea ilimitada por lo que es esencial gestionar el consumo de este bien tan preciado.
Según las Naciones Unidas, en los últimos cien años el uso del agua se ha multiplicado por seis. Este ritmo seguirá aumentado debido al crecimiento de la población y los cambios en los patrones de consumo. La demanda es tal que se estima que en 2030 supere a la oferta en un 30%.
España encabeza las listas de países de la Unión Europea que más agua consume, siendo el consumo medio de 132 litros al día por persona. Pero, ¿en qué se gasta este agua? Principalmente se utiliza para el consumo personal, el lavado de ropa, el saneamiento, la higiene y el cocinado.
Asimismo, la crisis energética dispara las reformas en el hogar ya que el 95% de las viviendas existentes en España se construyeron antes de 2007. Es por ello por lo que en los nuevos proyectos de construcción se está teniendo en cuenta esta necesidad de ahorro de agua.
Un edificio rehabilitado permite ahorrar hasta un 40%
Según Xylem, empresa líder en tecnología del agua, un edificio rehabilitado permite ahorrar hasta un 40% de agua. Entre estas mejoras se encuentran el perfeccionamiento de griferías y aparatos sanitarios o procesos de depuración que separan las calidades del agua.
Aplicando soluciones como estas se ha visto que se reducen los costes de limpieza del sistema un 80% y los costes de energía hasta un 70% en los hogares. Sin embargo, la solución no está solo en reformar tu casa.
A nivel individual, el gasto de agua en los hogares también se puede disminuir considerablemente siguiendo algunos consejos. Los pequeños gestos diarios en nuestra rutina son los que marcan la diferencia a la hora de reducir el derroche. De esta forma no solo se colabora con el respeto al medio ambiente sino que tu bolsillo también lo agradece.
Los grifos pueden ser derrochadores
Uno de los primeros hábitos es revisar los grifos ya que, en muchas ocasiones, son derrochadores e ineficientes. Si cambiar de grifo no está entre tus posibilidades, existen distintos dispositivos que pueden modificarlos:
- Limitadores de caudal: disminuyen el caudal a través de la incorporación de filtros y, en el caso de las duchas, existen cabezales con reducción del área de difusión.
- Aireadores: mezclan el agua con aire, dando la sensación de que el chorro es más abundante.
- Interruptores de caudal: son aquellos dispositivos que detectan la presencia de la persona para activar y desactivar el agua.
Otro de los aparatos que suponen más gastos en casa es el inodoro. Los modelos más modernos cuentan con cisterna de doble pulsador, que permite el usuario elegir el caudal que se va a utilizar. Aun así, también existen herramientas con el objetivo de ahorrar como este tipo de cisternas o los limitadores de descarga.
Algunos otros gestos que pueden ayudar al ahorro:
- Ser consciente del cierre del grifo mientras se realizan tareas como fregar los platos o cepillarse los dientes.
- Realizar duchas más cortas y evitar los baños. Llenar la bañera puede llegar a suponer un gasto de 200 litros.
- Reutilizar el agua que se pierde por el desagüe para, por ejemplo, fregar, lavar ropa…
- Elegir la carga correcta en el uso de electrodomésticos. Es decir, solo utilizar el lavavajillas o la lavadora cuando estén llenos. Además, es clave revisar su etiqueta energética ya que también tienen en cuenta el consumo de electricidad.
- En el caso de tener un jardín, el hecho de instalar un sistema de goteo automatizado también puede marcar la diferencia.
- Aprovechar el agua de la lluvia. Esta se puede recoger a través de canaletas y barriles. Además, esta agua está libre de químicos por lo que se puede utilizar para la limpieza del hogar.
El Mundo Ecológico / Xylem