Greenpeace destaca que el gas natural se compone en más del 80% de metano y no puede tratarse como un combustible ‘puente’
La Evaluación Global sobre el Metano, un informe publicado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Coalición por el Clima y el Aire Limpio, destaca la necesidad de reducir las emisiones de metano para limitar el cambio climático.
Al hilo de esto, Greenpeace señala que el gas fósil se compone en más del 80% de metano y, por tanto, no puede tratarse como una alternativa al carbón o el petróleo.
La organización ecologista también recuerda que la agricultura industrial ya es responsable del 40% de las emisiones mundiales de metano.
El gas fósil es puro metano
“Si los gobiernos se toman en serio la posibilidad de afrontar la emergencia climática, no pueden seguir ignorando que el gas fósil es puro metano y no puede usarse como un combustible ‘puente’».
«El metano, que tiene 84 veces más potencial de calentamiento global en un período de 20 años que el CO2, es la sucia realidad detrás de la cara ‘limpia’ que la industria de los combustibles fósiles nos está intentando presentar».
«El informe de la ONU subraya la necesidad de detener las inversiones en infraestructura de gas fósil y de aquellas que, como las de hidrógeno, seguirían llevando asociado su uso e insiste en que esta expansión es incompatible con mantener el calentamiento a 1,5°”, ha señalado Georgia Whitaker, responsable de la campaña contra los combustibles fósiles de Greenpeace.
Vital eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles
El informe también destaca cómo la reducción de las emisiones de metano es una de las estrategias más rentables para reducir el calentamiento global.
Afirma que “el sector de los combustibles fósiles tiene el mayor potencial de mitigación específica para 2030” y que la adopción de estas medidas ayudaría a prevenir 255.000 muertes prematuras y 775.000 visitas al hospital relacionadas con el asma cada año.
Greenpeace insiste en que, para abordar la emergencia climática y las crisis de salud que la acompañan, es vital eliminar todas las subvenciones a los combustibles fósiles y garantizar que las economías se recuperen de la pandemia de la COVID-19 de una manera que permita una transición energética segura, justa y limpia.
Contribución de la alimentación y la agricultura y ganadería
Si bien se pueden lograr grandes reducciones en el ámbito de la industria de los combustibles fósiles, este informe también revela la gran contribución de la alimentación y la agricultura al cambio climático.
La organización ecologista recuerda que, debido al rápido crecimiento de la agricultura industrial que impulsa el consumo excesivo de carne y productos lácteos, las emisiones de metano del ganado y el estiércol han aumentado drásticamente en un 70% desde 1961 y se espera que representen una parte cada vez mayor de las futuras emisiones de metano.
Reducir el consumo de carne en un 50% para 2050
Según Reyes Tirado, investigadora científica senior del Laboratorio de Investigación Internacional de Greenpeace en la Universidad de Exeter (Reino Unido), “los responsables políticos deben actuar para reducir la carga ganadera, estimular una reducción global del consumo de carne en un 50% para 2050 y apostar por una agricultura y ganadería realmente sostenibles».
«Esto significa apoyar a los agricultores para que adopten métodos ecológicos para cultivar y criar ganado de forma que produzcan solo la cantidad de carne y lácteos que el planeta puede sostener».
«Como primer paso, estas medidas agrícolas deberían estar entre las principales prioridades para los esfuerzos y fondos de recuperación relacionados con la crisis sanitaria”.
España no puede seguir autorizando macrogranjas
En un escenario de emergencia climática y después de esta alerta de la ONU, Greenpeace insiste en que España no puede seguir autorizando macrogranjas al ritmo al que lo está haciendo.
La organización ecologista recuerda que las macrogranjas son auténticas fábricas de metano, tanto por las emisiones directas de los animales como de los excrementos generados, por lo que es fundamental frenar la expansión de la ganadería industrial y desarrollar un plan de reducción de la cabaña ganadera en intensivo.
El mundo Ecológico / Greenpeace