Año hidrológico

Un año hidrológico preocupante de récords climáticos

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Greenpeace constata que este año hidrológico ha dejado cifras de récord pero advierte que “el cambio climático hará que sean superadas en adelante”

El pasado 30 de septiembre finalizó el año hidrológico 2022-2023, un periodo que se inició el primero de octubre de 2022 y en el que se han superado varios récords climáticos con un alarmante balance que nos deja la según los datos aportados por la AEMET y el Ministerio para la Transición Ecológica.

Greenpeace hace constar que este año hidrológico ha dejado cifras de récord pero advierte que “el cambio climático hará que sean superadas en adelante”.

Según la organización ecologista, los valores para 2022-2023 (hasta la última actualización disponible, del 19 de septiembre) cifran en 556 mm las precipitaciones acumuladas, lo que representa alrededor un 11 % menos que el valor normal correspondiente para dicho periodo situado en 620 mm.

Las regiones más afectadas

En algunas regiones, como Cataluña, Andalucía y parte meridional de Extremadura y Castilla La Mancha, ni siquiera se llega al 75 % respecto de ese valor normal. En cuanto a las reservas de agua, se sitúan, en este fin del año hidrológico, en el 36.55 %, una cantidad 13 puntos inferior a la media de los últimos 10 años.

La situación no es igual en todo el territorio, la peor parte se la lleva Andalucía donde sus embalses están al 20% de su capacidad, una situación hidrológica que no se sufría desde 1995. Destacan, por su situación de escasez de agua, la cuenca del Guadalquivir que se encuentra al 18,5% de su capacidad, y la del Guadalete-Barbate al 16,5%.

“Para luchar contra la desertificación, sequía, y otros eventos extremos que maximizan su impacto, es vital frenar el cambio climático. Para ello hay que reducir, con urgencia, la emisión de gases de efecto invernadero provocados por los combustibles fósiles y adaptar los territorios a la meteorología extrema, que será cada vez más frecuente, especialmente en la región Mediterránea”, afirma Julio Barea responsable de la campaña de agua de Greenpeace.

Un suelo seco

A pesar de que el mes de septiembre ha sido más lluvioso de lo habitual en general, las reservas de agua no han aumentado de forma significativa ni suficiente. Estamos viendo lluvias pero están siendo torrenciales, sobre puntos muy focalizados y son destructivas ya que caen sobre un suelo seco que no permite la absorción y no sirven para aliviar la sequía. Todo lo contrario, crean importantes destrozos materiales y pérdidas de vidas humanas, como ha pasado en Castilla La Mancha o la Comunidad de Madrid en septiembre.

En este repaso al año hidrológico no se puede olvidar otros hechos. En agosto, la laguna más grande del Parque Nacional de Doñana, la laguna de Santa Olalla, se secaba completamente, a pesar de ser una laguna que se alimenta por las aguas subterráneas.

También en el mes de agosto, Greenpeace denunciaba que más de 600 municipios, sólo en Andalucía y Cataluña, sufrían ya algún tipo de restricción en el uso del agua por la sequía. Este listado no ha hecho más que incrementarse y 14 nuevos municipios de la Costa Brava han entrado en emergencia.

La cuenca del Guadiana, que se encuentra en gran parte ya en situación de emergencia, es también otra de las más afectadas. Pero de esta situación de sequía no se libran tampoco las cuencas del Torío-Bernesga, al norte de León, o el Pisuerga, al norte de Valladolid.

Olas de calor y precipitaciones

En relación a las temperaturas, la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) predice que 2023 puede ser el año más caluroso desde que hay registros. Algo que no deja ajena a España.

De hecho, la pasada primavera ha sido la más cálida desde que se tienen registros (marzo y abril), con temperaturas 3ºC por encima del promedio. Los datos provisionales de la Aemet indican que la Península y las Islas Baleares han vivido este verano cuatro olas de calor confirmadas que suman 24 días. El 56% de los días de agosto estuvieron bajo los efectos de las olas de calor.

Agosto de 2023 ha sido el más cálido de la serie histórica. Pero al igual que las temperaturas máximas, las temperaturas mínimas también fueron muy altas, con las denominadas “noches tropicales”, aquellas en las que la temperatura no baja de los 20ºC, y “noches tórridas”, aquellas en las que no baja de los 25ºC. En España las noches tórridas en España han pasado de una media de 17 en la década de 1980 a 99 en la actualidad.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se ha dado también una predicción para este otoño informando que «hay una alta probabilidad (superior al 60 % en la Península y al 70 % en los archipiélagos) de que el otoño meteorológico sea más cálido de lo normal». En cuanto a las precipitaciones, existe un 50 % de probabilidad de que sea más lluvioso de lo normal, frente a un 20 % de que sea más seco.

Para estos meses de octubre, noviembre y diciembre, se describe como que «lo más probable es que sea muy cálido (hay entre un 50 y 70 % de probabilidades). También podría ser más lluvioso de lo normal, aunque en este caso hay mayores incertidumbres: hay una probabilidad de entre el 40 y el 50 % de que sea un trimestre lluvioso frente al 20 a 40 % de que sea seco».

Los eventos extremos están relacionados y se nutren unos de otros. En el caso de la sequía, unida al calor extremo, favorecen que la vegetación de los montes se encuentre cada vez más seca, proporcionando más combustible para los incendios y permitiendo que avancen con mayor rapidez. Los suelos secos (por la sequía, el calor y/o los incendios) no absorben el agua, por lo que favorece la escorrentía del agua en los eventos de grandes precipitaciones, aumentando su impacto.

Las aguas marinas tampoco han escapado al calor y durante el verano de 2023 se han batido récords en la media de temperatura global de los océanos, que se ha superado en más de 1 ºC. En el Mediterráneo, se han sucedido las olas de calor marinas desde el verano de 2022 hasta el verano de 2023, con episodios de más de 30 días por encima de los 27 ºC.

Esta agua marina caliente sirve de reserva de energía para las temporales y tormentas costeras posteriores, que elevan su intensidad y resultan en elevadas precipitaciones y episodios de inundaciones, que caen sobre una región Mediterránea, azotada por la sequía.

 

Sequía Andalucía
Sequía en Andalucía (Foto Greenpeace)

Medidas para afrontar un cambio climático

Greenpeace recuerda que España sufrirá cada vez más eventos climáticos adversos, con los consiguientes daños que van a generar en nuestro territorio y sus habitantes. Por eso es fundamental que el Gobierno central y los Gobiernos autonómicos, cada uno dentro de sus competencias, adopten medidas que permitan afrontar, de forma estructural, la actual y las futuras crisis del agua. Para ello deben:

  • Abandonar la quema de combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Acelerar una transición justa hacia un sistema energético 100 % renovable y en manos de las personas.
  • Establecer un plan para la reducción de la superficie de regadío, principalmente el intensivo e industrial, primando el agua para consumo humano, los caudales ecológicos y los cultivos para consumo directo humano. Revisar la conversión de cultivos de secano a regadío.
  • No permitir ningún nuevo proyecto altamente demandante de agua (de ocio, urbanismo, hotelero…) en zonas con problemas históricos de suministro.
  • Mejorar el control del uso ilegal de agua, especialmente con la localización de todos los pozos ilegales, para su vigilancia y cierre en los casos que no puedan legalizarse.
  • Descartar la promoción y construcción de más infraestructuras hidráulicas, como embalses o trasvases. Las desaladoras deben limitarse a situaciones excepcionales.
  • No conceder ninguna concesión ni autorización a nuevas instalaciones de ganadería intensiva o a la ampliación de las existentes y reducir, empezando ya en 2023. Hay que reducir la cabaña ganadera al 50% para 2030.
  • Establecer perímetros de protección, una figura contemplada en la Directiva Marco del Agua, eficaces en todas las zonas de captación de agua para consumo humano, que permita preservarlas en buenas condiciones cuantitativas y cualitativas.

Aumentar el presupuesto destinado a la gestión forestal, que debe centrarse en la planificación y protección de los recursos hídricos para avanzar en la adaptación de los bosques mediterráneos al cambio climático y, por tanto, en la protección del suelo y del agua (gestión ecohidrológica).

Un otoño más cálido

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se ha dado también una predicción para este otoño informando que «hay una alta probabilidad (superior al 60 % en la Península y al 70 % en los archipiélagos) de que el otoño meteorológico sea más cálido de lo normal«. En cuanto a las precipitaciones, existe un 50 % de probabilidad de que sea más lluvioso de lo normal, frente a un 20 % de que sea más seco.

Para estos meses de octubre, noviembre y diciembre, se describe como que «lo más probable es que sea muy cálido (hay entre un 50 y 70 % de probabilidades)» y advierte que «podría ser más lluvioso de lo normal, aunque en este caso hay mayores incertidumbres ya que hay una probabilidad de entre el 40 y el 50 % de que sea un trimestre lluvioso frente al 20 a 40 % de que sea seco».

Los embalses de Madrid, dentro de la normalidad

Por su parte, los trece embalses con los que Canal de Isabel II abastece a la Comunidad de Madrid han empezado el año hidrológico al 51,1% de su capacidad máxima, 10 puntos por debajo de la media de los últimos 30 años. A 1 de octubre, las reservas almacenaban 482,5 hectómetros cúbicos, un valor inferior al registrado justo hace un año, cuando se encontraban al 55,7% de su capacidad con 525,3 hectómetros cúbicos acumulados.

A pesar del menor volumen de agua almacenado, la situación hidrológica con la que se afronta el nuevo año hidrológico en la región es de normalidad. En todo caso, y como siempre hace independientemente de la situación hidrológica y climatológica, Canal de Isabel II insiste en la importancia de ahorrar agua y realizar un consumo eficiente y respetuoso del recurso en hogares y empresas.

En la totalidad del año hidrológico, el consumo en la Comunidad de Madrid ha sido muy parecido al del curso anterior, con un ligero descenso del 0,1 %. Desde el 1 de octubre de 2022 hasta el 30 de septiembre de 2023, se derivaron 492,2 hectómetros cúbicos de agua desde los embalses hasta los millones de puntos de consumo repartidos por la región. El día de mayor consumo de agua fue el 15 de julio, mientras que la jornada en la que se derivó menor volumen de agua para consumo correspondió al 30 de diciembre de 2022.

Entrevista en Cadena SER

Todos los martes estamos hablando de sostenibilidad y medioambiente en la Cadena SER Madrid Norte / Sur. En el programa Hoy por hoy, entrevistan a Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace, el director del programa de radio y el experto en ecología y medioambiente, el periodista Antonio Quilis Sanz. ¡Escucha el podcast!

El Mundo Ecológico

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