Los cambios observados en el clima provoca variaciones en la vegetación y en los animales de montaña
“Sierra Nevada está perdiendo paulatinamente su carácter alpino debido, en gran parte, a un aumento generalizado en las temperaturas”, según recoge el estudio publicado en la Revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre: Señales del cambio global en el sitio LTER-Sierra Nevada.
Este estudio presenta algunos de los resultados de los impactos del cambio global sobre los ecosistemas nevadenses obtenidos tras varios años de investigación, y recogidos en el libro «La huella del Cambio Global en Sierra Nevada: Retos para la conservación», en el que están implicados investigadores, gestores y técnicos.
La investigación constata como los cambios en el clima y en el uso del suelo están produciendo variaciones en la distribución y productividad de especies vegetales y animales de montaña.
Menos lluvia y menos nieve
Los cambios, observados a través de mapas climáticos, muestran como Sierra Nevada ha sufrido un descenso generalizado en la precipitación, que parece más intenso en la zona occidental del macizo, más expuesta a los frentes procedentes del Atlántico. Esta tendencia se hace más acusada conforme ascendemos en altura, lo que explica la reducción observada en la duración de la cubierta de nieve en altas cumbres, la cual se ha visto reducida en una media de tres días en los últimos 14 años. También se observa un retraso en la fecha de las primeras nevadas y un adelanto en la fecha de fusión de la nieve.
Mejora en la gestión ambiental
En el uso del suelo, uno de los cambios más significativos detectados mediante la interpretación de fotografías antiguas a escala de Sierra Nevada, ha sido la recolonización de campos de cultivo abandonados por la expansión general de matorral pionero de media y alta montaña (por ejemplo los piornales y orla de matorrales espinosos) unido al aumento de la superficie arbolada (sobre todo pinares de repoblación) y, en menor medida, una densificación de los bosques de encinas y robles. Según comentan los autores de este trabajo, “en las últimas décadas Sierra Nevada ha recuperado parte de su cobertura arbórea y arbustiva como consecuencia del abandono agrícola y ganadero, y gracias a una mejora significativa en la gestión ambiental”.
El Mundo Ecológico / Asociación Española de Ecología Terrestre