El activismo social toma relevancia y apuesta por las movilizaciones y la información para hacer frente a las macroexplotaciones
Quieren unos pueblos en los que poder vivir. Desean un desarrollo sostenible que detenga la despoblación, desarrollen la vida rural, y afirman que las macrogranjas industriales no son la solución.
Estamos ante una situación que se repite una y otra vez en los remotos espacios de la España en el olvido. Y también en Cuenca, con un componente social llamativo que destaca por su compromiso por sus tierras.
Hablamos de la asociación Pueblos Vivos Cuenca, un colectivo integrado por movimientos vecinales de una veintena de localidades de la provincia de Cuenca apoyados por Ecologistas en Acción.
Defensa del territorio rural
Desde 2017 trabajan por un mundo rural vivo y sin ganadería industrial defendiendo su territorio «desde la sociedad civil ante proyectos que perjudican nuestros pueblos, promovidos por empresas cuyo único objetivo son los beneficios económicos y en muchos casos con la complicidad de las administraciones públicas».
Una actividad y una defensa que ha sido reconocida en la segunda edición de los Premios Escarabajo Verde de RTVE.
En los últimos 10 años se han multiplicado la construcción y ampliación de macrogranjas de cerdos y pollos en la provincia de Cuenca, promovidos por grandes empresas cárnicas en un contexto de incremento de la producción de carne en España.
Efectos de las macrogranjas
Según la asociación «estas macroexplotaciones se hacen con nuestros escasos recursos de agua y la envenenan con nitratos. Además, contaminan el aire con emisiones de metano y amoniaco que afectan a la salud y provocan malos olores que afectan al bienestar de los vecinos y vecinas».
Los datos que arrojan son incontestables, como que existen evidencias científicas preocupantes, como que Castilla – La Mancha es la región con mayor superficie de zonas vulnerables por nitratos de toda España, tanto en hectáreas (3,7 millones de hectáreas), como en porcentaje sobre la superficie total (el 46,4% de C-LM) según el informe de seguimiento de la Directiva 91/676/CEE realizado por el Ministerio de Transición Ecológica en diciembre 2020.
Además, en los últimos años a la problemática de las macrogranjas se ha unido la construcción de plantas de biogás que, aprovechando los fondos europeos, pretenden vendernos como economía circular la ganadería industrial.
Activismo muy vivo
Recuerdan que la «realidad que ya conocemos en municipios con plantas de biogás (como el caso de Balsa de Ves) es que generan un subproducto llamado digestato, altamente contaminante que acaba en nuestras tierras y acuíferos».
En Pueblos Vivos Cuenca desarrollan varias líneas de acción como el inventario de ganadería industrial en su provincia: base de datos y mapa en la web, y actualización continua con los nuevos proyectos mediante el seguimiento de los boletines oficiales.
Realizan charlas informativas en los municipios amenazados por un proyecto de macrogranja sobre los impactos medioambientales y socioeconómicos de este modelo productivo.
Además, se ponen en marcha realizando mediciones de nitratos en aguas subterráneas y superficiales de la provincia para dar a conocer esta problemática y, además, organizan movilizaciones o asesoran a ayuntamientos. Además desde Pueblos Vivos Cuenca recuerdan que no reciben fondos de administraciones públicas ni de empresas.
Con un espíritu cooperativo, donde los movimientos vecinales existentes ayudan a los recién incorporados aportan el conocimiento adquirido en la defensa del territorio. Por eso su lema es Ni en tu pueblo ni en el mío.
Entrevista en Cadena SER
Para saber más de cómo nació esta asociación y sus formas de actuar, entrevistamos a Paciencia Talaya coportavoz de Pueblos Vivos Cuenca, quien nos cuenta las problemáticas de la instalación de las macrogranjas en estos terrorios.
El Mundo Ecológico