Una iniciativa de seguimiento y monitorización de procesos naturales en La Chanta
El pasado mes de octubre daba inicio “Una ventana abierta a la restauración ecológica” un proyecto de la asociación Brinzal, que cuenta con el apoyo de la Convocatoria de Medioambiente y Desarrollo Sostenible de Fundación Montemadrid y CaixaBank.
Con un año de duración, este proyecto prevé actuaciones de estudio e investigación sobre los efectos que la restauración ecológica tiene sobre la biodiversidad en la cantera de La Chanta (Corpa, Madrid), un lugar donde se desarrollan múltiples actuaciones al auspicio de un acuerdo de custodia con la empresa propietaria de los terrenos, Lafarge Holcim.
La Chanta es una antigua cantera de caliza de 20 hectáreas en la que se ha ejecutado un plan de restauración novedoso, diseñado por Brinzal, para promover la biodiversidad. Tras la actividad minera se comprobó que se habían generado algunos hábitats muy interesantes por su escasez en la zona.
Estos hábitats son fundamentalmente humedales y roquedos, que estaban siendo colonizados por especies con cierto nivel de vulnerabilidad e importancia ecológica: el sapillo moteado, el aguilucho lagunero, la collalba negra, o la mariposa arlequín, entre otros.
En la Chanta se encuentra una riqueza faunística
A pesar de lo degradado del terreno, del escaso intervalo de tiempo transcurrido desde el abandono de la actividad minera, y del recién finalizado proceso de restauración, en la Chanta se encuentra una riqueza faunística superior a lo esperable. Esto nos da una idea del potencial de esta cantera para generar biodiversidad.
El proyecto “Una ventana abierta a la restauración ecológica” pretende evaluar los efectos de la restauración ecológica sobre la fauna y flora en un entorno recién restaurado que sirve como laboratorio natural y utilizar esta información también para poner en valor estos modelos de restauración.
De esta forma se promueve este tipo de actuaciones en otros espacios degradados. Comprende por un lado actividades de estudio e investigación sobre los efectos que la restauración ecológica tiene sobre la biodiversidad y por otro la monitorización a través de cámaras de vídeo de muchos de los procesos naturales que están sucediendo en este lugar.
Esta monitorización tiene una doble función: por un lado, apoya a la labor de seguimiento, de igual manera es una herramienta divulgativa y de sensibilización sobre los valores ambientales de la zona.
Estudio detallado de la restauración ecológica
El estudio detallado de cómo la restauración de un espacio degradado afecta a diferentes especies de fauna (desde invertebrados a mamíferos, pasando por anfibios, reptiles, aves y la vegetación) requiere un exhaustivo protocolo de seguimiento, con una metodología y un cronograma adaptados a cada grupo.
La diversidad de especies, abundancia, así como la elaboración de catálogos e identificación de especies de interés en conservación, son algunos de los indicadores que se pretenden registrar. Unos resultados prometedores, además, permitirían fomentar este tipo de restauración entre otros promotores mineros.
El proyecto también contempla la instalación de cámaras de monitorización en diferentes localizaciones dentro del espacio restaurado, como herramienta que complemente los seguimientos realizados con diferentes metodologías.
Actuaciones a favor de la biodiversidad
Estas cámaras cumplen, además, otra función que es la de difundir los valores naturales de la zona y los beneficios de realizar actuaciones que favorezcan la biodiversidad, incluso tratándose de espacios muy manejados y degradados por la actividad extractiva.
Una adecuada labor de divulgación de los valores naturales de este espacio, situado en un entorno rural bastante despoblado, generan también diferentes oportunidades de desarrollo para los habitantes de la zona ya que puede contribuir a dinamizar la economía por medio del turismo ligado a la naturaleza y otras actividades relacionadas.
Brinzal es una organización sin ánimo de lucro declarada de Utilidad Pública dedicada a la conservación, el estudio y la recuperación de la biodiversidad desde 1986.
El Mundo Ecológico / Brinzal
