Cuando Reciclar es un arte

El RECICLAJE está de moda, es innegable. Es el momento de mostrarlo, de impulsarlo, de aprovechar la novedad y hacer que cuando la euforia pase se haya incorporado a nuestra vida cotidiana hasta el punto que desechemos aquello que sabemos dañino no sólo para el planeta, sino para nuestra salud, y para la conservación de esa calidad de vida a la que nos hemos acostumbrado.

Lo más complejo de reciclar son los hábitos de las personas. Los comportamientos cotidianos, los prejuicios, la falta de información, la poca educación medioambiental, han convertido a la sociedad en un «Ente depredador» inmerso en una enloquecida carrera de autodestrucción.

A pesar de que por fin se está escuchando la voz de aquellos que durante décadas llamábamos a la reflexión y a la necesidad de poner freno a los excesos que se cometían contra el medio ambiente; el camino hacia un nuevo modelo productivo no tóxico apenas ha comenzado.

Revertir los malos hábitos adquiridos como consecuencia del  bombardeo continuado de mensajes, que animan  a la población a «usar y tirar» en pro de un desarrollo industrial que nos lleva a un idílico «estado del bienestar»,  se ha convertido en uno de los caballos de batalla para frenar los daños que acciones como  la deforestación, la explotación descontrolada de recursos naturales, la sobrecarga de producción de derivados del petróleo, los vertidos químicos, las emisiones de gases contaminantes y  la acumulación insostenible de residuos generados, no sólo por las industrias, sino también por cada individuo, se alza como la asignatura pendiente que ya no puede demorarse más.

Se impone un cambio total de la cultura, un retorno al «humanismo», la generosidad, la complicidad, el trabajo «PARA» todos y «POR» todos. Sin un RECICLAJE total de la sociedad los esfuerzos y avances,  que se van logrando día a día, no sólo no tendrán continuidad, sino que habrán sido inútiles. Y que mejor vehículo para llegar a cada individuo, que la creatividad, el arte, el diseño…. un lenguaje universal que llega directamente al espectador, que hace fácil lo complejo permitiendo un dialogo inmediato.

Con este propósito son ya muchos los artistas, arquitectos y diseñadores, los que han optado por potenciar sus creaciones y producciones bajo las directrices de las tres erres. Reduciendo, Reutilizando y Reciclando, no sólo están contribuyendo de un modo efectivo al aprovechamiento de recursos y a la mejora de los graves problemas que sufre el Planeta Tierra, sino que además han encontrado un valor añadido, el que les otorga la preocupación que va tomando fuerza entre la opinión pública y que hace que sus producciones y obras de arte sean más valoradas dentro del gran mercado de consumo en Occidente.

Grandes profesionales como los hermanos Fernando y Humberto Campana (Brasil) quienes  se consagraron en los años 80 al decidir dedicarse a convertir materiales reciclables y económicos en objetos decorativos, cuentan ya con un lugar preferente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), el Museo de Diseño Vitra de Alemania y el Centro Georges Pompidou de París. Arquitectos como el Británico Norman Foster, el Italiano Renzo Piano, el Norteamericano Richard Serra -este último a caballo entre la arquitectura, la escultura y el Art Land-  o el Colombiano Simón Vélez cuyas espectaculares construcciones  están realizadas casi exclusivamente de bambú, cemento reciclado, cobre y paneles formados por una mezcla de terracota, cemento y fibra de bambú, todos ellos materiales respetuosos con el medio ambiente que persiguen el «impacto 0», son algunos ejemplos de la importancia que el arte y la creatividad sostenible ha adquirido en el siglo XXI.

Aquello que nos llega por la vía de los sentidos nos hace más permeables y la impronta queda marcada. Nadie olvida lo que ha captado su atención aunque haya sido por un lapsus de tiempo corto. De un modo casi imperceptible para la razón los mensajes, llegan y nos encontramos mirando el etiquetado de un paquete tras haber participado en un taller de reciclado en donde el individuo se ha vuelto transformador de residuos sin hacer grandes esfuerzos. Casi sin darnos cuenta cerramos el grifo del agua por el flash que nos viene a la mente de aquel documental que nos sobrecogió al mostrar cómo nuestro planeta azul está dejando de serlo a una velocidad de vértigo. Nos planteamos dejar de «comprar, usar y tirar» y alargamos la vida de aquello que nos rodea, un viejo pantalón se convierte en un bolso, nuestras cocinas se llenan de tapers y bolsas biodegradables fabricadas con pasta de maíz o patata; nos sentamos cómodamente en un sillón realizado con una vieja puerta;  hay una escultura en un lugar destacado de nuestra casa en la que al acercarte se aprecian máquinas y latas de conserva.

Con el alarmante ascenso de enfermedades hasta ahora desconocidas por la mayoría de nosotros, como el SIQ, Síndrome de Intolerancia Química, empezamos a ser exigentes con nuestra ropa comprobando que no contengan tintes tóxicos ni fibras sintéticas, pero exigimos que sean actuales y a la moda. Firmas de alto estanding como la catalana Nanimarquina, considerada, hoy en  día, como una de las empresas de mayor referencia en el sector de las alfombras de diseño contemporáneo, no escatiman esfuerzos para que sus alfombras sean elaboradas por métodos totalmente artesanos con fibras y tintes 100% naturales. «El cuidado del medio ambiente es uno de los principales valores de la marca. Bajo la premisa internacional de “reuse, reduce, recycle”, prestamos la máxima atención al cuidado y mantenimiento del medio que nos rodea».

¡Ya somos parte activa de la cadena de reciclaje! Nuestros esfuerzos se ven recompensados y nuestra calidad de vida sigue siendo no sólo buena, sino mejor. No tenemos que renunciar a ninguna comodidad ni capricho, pero no estaremos destruyendo nuestro hábitat.

El Cine también ha irrumpido con fuerza en esta nueva revolución creativa. Películas de culto, como «12 Monos» dirigida en 1995 por Terry Gilliam que obtuvo dos nominaciones a los Oscar, y fue premiada en el Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes, también  se alzó con el Globo de Oro al mejor actor (Brad Pitt), es un buen ejemplo de cómo el Séptimo Arte da la voz de alarma vaticinando un apocalíptico futuro en donde los seres humanos se ven condenados a vivir bajo tierra tras la pandemia producida por un virus que ha reducido la población humana a un 1%, matando a 5.000 millones de personas y obligando al resto a vivir en el subsuelo: «ejércitos ecológicos, futuros bajo tierra, reflexiones sobre la condición humana («tal vez merezcamos ser aniquilados») y, cómo no, la sombra del apocalipsis»»

Son muchas, muchísimas las acciones que desde la cultura, el diseño, los oficios y el arte, se vienen realizando desde los años 60 y que en el Siglo XXI han cobrado un mayor impulso. Hoy en día proliferan los avances tecnológicos y las instituciones públicas y privadas, los centros educativos, asociaciones, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, se van marcando objetivos para revertir la degradación de nuestro Planeta y sus graves consecuencias sobre la vida. Mucho trabajo por hacer, y muchas redes que crear ya que todos los esfuerzos pueden ser estériles si no se dan a conocer.

Con este objetivo  puse en marcha en 2009 el Salón Internacional de Reciclaje de Arte y Sostenibilidad RECICLAMADRID, promovido desde Fila5.arte, Promotora cultural independiente que dirijo desde el año 2006. Este gran evento que ya se ha consolidado como uno de los más importantes en su área del panorama Europeo, cubre casi todas las áreas de la creatividad al servicio del Medio Ambiente y la Sostenibilidad, enmarcándose dentro del programa oficial de La Semana de la Ciencia de Madrid que ha respaldado el proyecto desde su primera edición.

Cada años se proponen nuevos modelos de acercamiento al cambio de hábitos de consumo, invitando a todos aquellos que están trabajando en mejorar nuestro entorno a mostrarlo a través de la creatividad  en su más amplio sentido de la palabra, y al mismo tiempo  aportar nuevas fórmulas de producción, impulsar nuevos campos de desarrollo en donde lo primordial sea la producción no tóxica, reforzando el «pensar global, actuar local». Más de 38.000 personas han visitado el Salón en sus cinco años de vida y han participado en los seminarios, talleres, exposiciones y actividades para todos los públicos. Entidades como La Fundación La Caixa, La Escuela de Organización Industrial a través de Fundesarte, el Istituto Europeo de Design, La embajada de Italia, La Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, La Facultad de Bellas Artes y un gran número de Asociaciones, empresas, artistas, diseñadores y artesanos colaboran o han colaborado con RECICLAMADRID participando activamente en su desarrollo.

Son muchos los Festivales hermanos que tienen lugar en las principales capitales occidentales y que daremos a conocer, junto a artistas, diseñadores, cineastas…..a través de esta nueva sección que inauguramos en elmundoecologico.es

Te invito a acompañarme en esta  fascinante realidad porque, recordando el lema de RECICLAMADRID 2012, ¡HAY VIDA DESPUÉS DE LA BASURA!

Susana Aparicio Ortiz

Directora y Promotora RECICLAMADRID

@reciclamadrid

 

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