Activistas ambientales denuncian el lavado de cara del gas fósil, incompatible con las acciones necesarias ante la emergencia climática
Más de una docena de ciudades europeas se despertaron el 1 de abril con cientos de anuncios en sus paradas de autobús que denuncian a, entre otras empresas, Iberdrola, Repsol y Naturgy por su marketing engañoso y las actividades de presión política que realizan en torno al gas fósil.
Estas instalaciones artísticas muestran anuncios y eslóganes de empresas muy conocidas que han sido retocados por jóvenes activistas para exponer la magnitud de la campaña de desinformación de la industria del gas fósil que intenta engañar al público con sus afirmaciones de compromiso con un futuro bajo en carbono.
No existe el gas limpio
«Con esto, queremos que todo el mundo conozca los esfuerzos de desinformación que grupos de presión del gas fósil como Iberdrola, Repsol o Naturgy están realizando».
«Queremos que la gente –y los políticos– sean conscientes de que no existe el gas limpio, que el gas es básicamente metano, un gas de efecto invernadero, ¡y además lo venden como una solución climática!»
«Tratan a la gente de forma ingenua, pensando que entrará al trapo de su hábil marketing. Pues bien, se equivocan», ha señalado Gloria Martínez, una de las activistas locales.
Campaña coordinada por la red Gastivist
Ecologistas en Acción se hace eco de la campaña coordinada por la red Gastivist con presencia en nueve países y está teniendo lugar en ciudades como Amiens, Ámsterdam, Barcelona, Berlín, Bruselas, Budapest, Dublín, Gante, Kiel, Madrid, Milán, Turín y Roma.
Se puede comprobar el impacto que estas instalaciones artísticas están teniendo en redes sociales a través de las etiquetas #CleanGasIsADirtyLie y #LaVerdadDelGas.
Existen abrumadoras razones científicas para dejar de considerar el gas fósil como una opción válida para cubrir las necesidades energéticas de la población, ya que se trata de un combustible muy contaminante: solo en Europa ya es responsable de más emisiones de CO2 que el carbón.
Un combustible fósil peligroso
La producción, el transporte y el uso del gas fósil también están inevitablemente ligados a las peligrosas y muy poco conocidas fugas de metano, un gas de efecto invernadero responsable de casi el 25 % del calentamiento global en la actualidad.
Por tanto, luchar contra el gas fósil es imprescindible en cualquier acción que aborde la emergencia climática.
“En toda Europa y en el mundo, la industria del gas fósil está gastando millones de euros en vender la idea de que el ‘gas natural’ es imprescindible para una transición energética limpia y ecológica y, por desgracia, los políticos, los responsables de la toma de decisiones están cayendo en este engaño».
«Pero es un combustible fósil peligroso, tan ‘natural’ como el carbón o el petróleo e igual de malo para nuestro clima», ha advertido Kevin Buckland, del colectivo de Gastivists.
El gas fósil es un rescate de la industria petrolera
“El Estado español es el principal importador de gas procedente de fracking de toda la UE. Además, es el país de toda Europa donde más aumentó el precio del gas entre los años 2009-2019, más de un 53 %, con un impacto altísimo en las economías de los hogares y en los niveles de pobreza energética”, apunta Sagrario Monedero, de Ecologistas en Acción.
«El gas fósil no es más que un rescate de la industria petrolera de siempre. No cumple con la reducción de las emisiones y, desde luego, no cumplirá con ningún tipo de transición justa para los trabajadores».
«Necesitamos una transición hacia fuentes de energía renovables descentralizadas, en lugar de una transición hacia otro combustible fósil», ha afirmado João Camargo, de Climaximo en Portugal.
El Mundo Ecológico / Ecologistas en Acción