Las acciones de España y Francia en cuanto a la pesca siguen causando estragos en África
Tras haber ejercido una presión sobre los países en desarrollo para que se opusieran a los avances medioambientales en el océano Índico, la Comisión Europea acaba de proponer al Consejo de la Unión Europea que se presente una objeción contra la única medida ecológica que se ha votado a favor de la recuperación de las poblaciones de peces.
Esta medida es la prohibición anual de 72 días de los dispositivos de concentración de peces de deriva (d-FAD) que se adoptó a principios de febrero en la zona.
El 5 de febrero de 2023, los países ribereños habían logrado un auténtico tour de force, al obtener (por 16 votos contra 23) una primera prohibición anual de los d-FAD en el océano Índico. La prohibición temporal se aplicaría en todos los demás océanos por medidas de conservación y como principio de precaución.
Sin embargo, debido a la intensa presión ejercida por la Comisión Europea y los grupos de presión industriales, las posibilidades de que esta resolución de la Comisión del Atún para el Océano Índico (IOTC) entre en vigor son ahora nulas.
El uso antidemocrático de las objeciones por parte de la UE
La gobernanza de la Comisión del Atún para el Océano Índico está establecida de tal manera que, si un miembro de la IOTC objeta una resolución, ésta deja de ser aplicable a su flota. Además, si un tercio de los miembros de la IOTC (es decir, 11 de ellos) se opusieran a una nueva resolución, ésta decaería automáticamente.
Esto abre una vía para que grupos de presión antidemocráticos den la vuelta a las decisiones después de la votación. Una posibilidad que la UE aprovechó al máximo.
Justo después de que se adoptó la resolución, los grupos de presión atuneros europeos dejaron claro que pedirían a la Comisión Europea y a los miembros de la IOTC que se opusieran a ella. La Comisión Europea lo confirmó poco después, presentando oficialmente su propuesta de objeción a los Estados miembros en el Consejo de la UE del 29 de marzo.
Si los Estados miembros aprueban la propuesta de objeción de la Comisión, se alcanzará sin duda el umbral de anulación y caerá la insuficiente pero indispensable primera prohibición de los DCP.
La propuesta de objeción de la Comisión Europea es una vergüenza para la UE
El papel de la UE es increíblemente perjudicial, ya que la anulación de la prohibición de los DCP pondrá en peligro de colapso a las poblaciones de atún y a economías costeras enteras. Instamos a los Estados miembros de la UE a rechazar la propuesta de objeción de la Comisión, por el bien de los ecosistemas marinos y las comunidades costeras.
Aunque también para señalar a los grupos de presión industriales y a sus aliados políticos que la era de la impunidad ha terminado para ellos y que las instituciones de la UE estarán ahora del lado del clima y de los ciudadanos.
Los ciudadanos europeos deben recuperar la confianza en sus regímenes democráticos, sometidos al asalto constante de los grupos de presión industriales. Las instituciones de la UE deben mantenerse firmes en sus principios éticos. Lo que está en juego en África y en Europa es inmensurable.
La estrategia de los grupos de presión industriales
En un nuevo informe titulado «Lining up the ducks», BLOOM descifra cómo los grupos de presión de la pesca atunera industrial alinean a sus aliados políticos para defender sus prácticas destructivas en África.
«Nos hemos adentrado en la política entre bastidores para desacreditar los falsos argumentos esgrimidos por los grupos de presión industriales, la Comisión Europea y los parlamentarios».
Una serie de mentiras
Para justificar lo injustificable, la Comisión Europea y varios parlamentarios de España, Francia, y los Países Bajos han estado repitiendo como loros la semántica de los grupos de presión, engañando a otros parlamentarios, a los Estados miembros y a 447 millones de ciudadanos en beneficio de un puñado de empresas privadas.
En un paroxismo de cinismo, el parlamentario español Gabriel Mato (Partido Popular Europeo; PPE) llegó a decir que el hecho de que la propuesta de la IOTC se sometiera a votación (que ganó con una mayoría de dos tercios) era antidemocrático.
En este caso, es más bien el hecho de que los países puedan evitar una resolución oponiéndose a ella después de una votación democrática lo que parece el proceso «antidemocrático», ya que permite presiones y chantajes ocultos, indebidos e incalificables.
Una Comisión Europea sin cabeza y unos Estados miembros corruptos
El hecho de que Gabriel Mato apoye ciegamente los intereses españoles no es ninguna sorpresa, ya que ha hecho su carrera como su lobista institucional. Sin embargo, el comportamiento completamente esquizofrénico de la Comisión Europea es muy preocupante.
Por un lado, la institución advirtió que modificar un elemento del «Reglamento de Control» llamado «margen de tolerancia» amenazaría los principios más básicos de la Política Pesquera Común. Por otro, la Comisión se niega a demandar a Francia que permite que sus pescadores lo violen.
Infracción contra Francia
Existen dos motivos:
1. Hasta ahora, Francia ha completamente incumplido sus obligaciones de controlar sus flotas atuneras, según el «Reglamento de Control» de 2009. De hecho, Francia no había fijado ningún objetivo de control para estas flotas en 2022 y 2023. El 6 de marzo de 2023, BLOOM demandó a Francia ante el Tribunal Administrativo para obtener datos clave.
2. En 2015, Francia concedió una excepción ilegal a sus flotas atuneras, permitiéndoles hacer caso omiso del marco jurídico de la UE. En concreto, Francia permitió a sus pescadores notificar sus capturas con un margen de tolerancia del 10% de las capturas totales, en lugar de hacerlo por especies, como ordena el «Reglamento de control» de 2009.
Aunque esto pueda parecer una diferencia inocente para los no expertos, tiene enormes consecuencias para la calidad de los datos recopilados. Por tanto, esta permisión amenaza principios básicos de la Política Pesquera Común, como las cuotas.
En noviembre de 2022, la BLOOM y la ONG anticorrupción Anticor también señalaron a la Fiscalía francesa un caso de tránsfuga entre la administración francesa y el lobby de pesca industrial Europêche, con una clara misión política de sabotear el Reglamento de Control. En diciembre de 2023, la Fiscalía confirmó haber abierto una investigación.
La prohibición de los DCP es la única solución
El «margen de tolerancia» es un problema para las flotas atuneras europeas por una única razón: los atuneros dependen de los dispositivos de concentración de peces (DCP), cuyo uso captura enormes cantidades de atún juvenil, en particular de rabil y patudo.
Como los juveniles de estas dos especies se parecen, las empresas atuneras no pueden declarar sus capturas por especies. Sin embargo esto es una elección, no una fatalidad. El director general de Sapmer lo dejó más claro que nadie: «El menor número posible de DCP es el camino de la virtud. Pero es un suicidio económico».
Para poner en contexto esta dependencia, algunas cifras son especialmente llamativas: en 2020 y 2021, los cerqueros de propiedad española y francesa realizaron el 87% de sus capturas utilizando DCP de deriva, lo que a su vez representó el 94,5% de todas las capturas asociadas a DCP de especies de atún tropical en la zona.
Sin embargo, como destaca TunaGate – Lining up the ducks -, tanto el rabil como el patudo están sobreexplotados en el océano Índico, y el listado se pesca por encima de los límites de captura acordados por la Comisión. En total, el 93% del rabil y el 94% del patudo capturados en el Índico son juveniles, lo que podría llevar a un colapso total de la especie.
BLOOM