La ONG Chain Reaction Research ha señalado a un cliente del Santander como responsable de quemar en agosto de 2021 una zona no autorizada
Tras más de dos años de continuo diálogo con los responsables del Banco Santander sobre sus vínculos con el sector agropecuario en Brasil, Greenpeace España denuncia el fracaso estrepitoso de la estrategia de esta entidad financiera en la lucha contra la deforestación. Como revelan los datos oficiales hechos públicos por el INPE sobre los incendios forestales en lo que va de 2021, la deforestación en Brasil sigue siendo un problema muy grave.
“El Banco Santander sigue financiando la destrucción de la biodiversidad y agravando la crisis climática”, ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España. “Detrás de un discurso lleno de buenas intenciones continúa una política de apoyo financiero sin fisuras al sector agropecuario y a las empresas que siguen quemando la selva y expandiendo la frontera agrícola para plantar soja o ampliar los pastos para la ganadería”.
En octubre de 2020 la filial de la entidad en Brasil, Santander Brasil, y la empresa agropecuaria brasileña SLC Agrícola firmaron una operación de crédito verde, un préstamo diferenciado a las empresas que tienen un supuesto comportamiento sostenible. En palabras de los responsables de SLC Agrícola, el acuerdo con el Banco Santander suponía un reconocimiento a sus buenas prácticas en gestión ambiental y responsabilidad social.
Deforestaciones de SLC Agrícola
Pero el SLC Agrícola es, según la organización Chain Reaction Research, el mayor productor de soja de Brasil y fue en 2020 la principal empresa deforestadora en el bioma del Cerrado. Una investigación conjunta de Unearthed, BIJ, The Guardian e ITV News publicada en noviembre de 2020 había señalado a la empresa SLC Agrícola por incendiar los bosques de el Cerrado para la producción de soja.
Más recientemente, Chain Reaction Research ha vuelto a exponer la responsabilidad de SLC Agrícola en los incendios en Amazonia, en esta ocasión analizando imágenes de satélite de la Fazenda Perdizes (Porto dos Gaúchos, Estado de Mato Grosso).
Según estas fuentes, el 24 de agosto de 2021 se detectaron incendios activos en la finca Fazenda Perdizes, propiedad de SLC Agrícola en asociación con otras empresas. Estos fuegos se encuentran en la parte de Fazenda Perdizes que es propiedad de SLC Agrícola.
Continuas quemas forestales en Brasil
Un análisis previo realizado por Aidenvironment, socio de Chain Reaction Research, a principios de la temporada de incendios de 2021, detectó otro foco en la propiedad de SLC Agrícola, Fazenda Palmeira
El reciente incendio en Fazenda Perdizes muestra las continuas conexiones de la empresa con la quema y desmonte de tierras para su desarrollo y expansión. La Fazenda Perdizes contenía 5.840 ha de reserva legal, área que según el Código Forestal de Brasil debe permanecer intacta y cubierta de vegetación autóctona, no estando permitido un cambio de uso de la tierra.
Pero según el análisis de las imágenes de satélite de Chain Reaction Research, los incendios activos detectados el 24 de agosto se estaban produciendo dentro de esta área de reserva legal.
“El Santander otorga un crédito verde a SLC Agrícola en 2020 y esta empresa quema una reserva legal en agosto de 2021”, ha añadido Soto. “Esto en la Unión Europea sería inaceptable, pero el Santander trabaja con dobles estándares y sin procesos de diligencia debida”.
Conexiones con productoras de carne
El Banco Santander es el principal banco internacional que está detrás de la quema y deforestación de los bosques en Brasil. Según un informe reciente, es una de las entidades financieras que sostienen a las tres grandes productoras de carne de Brasil: JBS, Marfrig y Minerva con inversiones estimadas en 1.600 millones de dólares. De manera especial, los vínculos del Banco Santander con JBS son claves a la hora de abordar la lucha contra la destrucción ambiental en Brasil.
JBS es la segunda empresa alimentaria del mundo y la mayor en proteínas animales, con unidades de producción y oficinas en gran parte del mundo (Brasil, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y China); y todo tipo de productos cárnicos (aves, cerdo, vacuno y cordero). Hace ya algunas décadas, JBS se había comprometido a limpiar su cadena de suministro de deforestación para 2011.
Más tarde, junto con el resto del sector de las materias primas internacional, trasladaron el objetivo a 2020. Ahora JBS ha aplazado nuevamente su compromiso para el año 2025 en Brasil, pero sólo en lo referente a la deforestación “ilegal”. Y aplaza también para 2035 limpiar la deforestación en toda la cadena global de suministro.
“En lugar de poner en práctica una correcta y rigurosa Diligencia Debida, el Santander pretende seguir financiando la deforestación hasta 2025 o 2030”, ha recordado Soto. “El sector de la ganadería industrial es incompatible con un escenario de 1,5 ºC, por lo que el Santander debería retirarse del agronegocio en Brasil, empezando por los principales emisores como JBS, y dirigir sus esfuerzos en sistemas de producción de alimentos que no impulsen la deforestación, el cambio climático y el riesgo de pandemia en el futuro».
El Mundo Ecológico / Greenpeace