Vacanegra ganador del Premio Madrid Alimenta 2022 en la categoría de sostenibilidad
Es probable que hablar de ganadería disuene, en cierta medida, con el concepto que tenemos de ecología. El vegetarianismo cada día se hace más popular. Ya no solo está en juego el bienestar animal, también el medio ambiente.
Hoy en día, sabemos que la ganadería tiene fuertes repercusiones sobre los ecosistemas que habitamos. Más allá de las emisiones de CO2, metano y otros gases de efecto invernadero, la ganadería involucra deforestación y contaminación del agua.
Por estas razones, sectores de la industria ganadera han hecho lo imposible para que se pueda seguir disfrutando de esta de la manera más sostenible posible. La ganadería ecológica, busca propiciar al consumidor alimentos frescos de calidad, a través del óptimo y racional uso de los recursos.
La empresa familiar Vacanegra, ganadora del premio Madrid Alimenta 2022 en la categoría de sostenibilidad, además de ser la primera ganadería ecológica de la Comunidad de Madrid, presenta, desde el año 2000, una propuesta innovadora. Marina Redondo, propietaria y directora comercial del proyecto nos cuenta más sobre su iniciativa en el marco de los galardones madrileños.
Vacas de raza Avileña
Si bien es cierto que la ganadería se ha venido regulando mediante reglamentos en el ámbito europeo, Vacanegra ha ido un paso más allá incorporando, además de las normas ya propuestas, el apostar por razas autóctonas y en vía de extinción. Todo ello con la misión de garantizar la preservación del medio natural, la biodiversidad y los ecosistemas.
En sintonía con la normativa europea que incentiva el evitar el uso de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), la raza tradicionalmente conocida como “Serrana”, de la sierra de Madrid, no requiere ser alimentada con los cultivos transgénicos que se destinan a piensos animales para engordar especies explotadas en la ganadería industrial.
La “serrana” es una vaca negra significativamente más pequeña. Es decir, produce menos cantidad cárnica, una característica que en la industria ganadera no es muy bien recibida. Sin embargo, al ser autóctonas de la sierra, la raza avileña está habituada a sacarle el mayor provecho al medio en el que viven, ya que pastan libremente.
“No puedes meter a un animal, por ejemplo, una charolais en las fincas de Madrid porque se viene abajo, lo sostenible es tener animales que se puedan valer por sí mismos. No metemos a un animal en un espacio pequeño para atiborrarlo de pienso, lo natural es que puedan moverse y comer libremente” explica Marina Redondo.
Reglamento europeo
Con la normativa europea se ha diseñado una serie de normas y sellos que comprueban la sostenibilidad de la industria ganadera. En resumidas cuentas, Vacanegra y los demás negocios que apuesten por el bienestar animal deben estar ligados a la agricultura ecológica. Es decir, evitar a toda costa el uso de productos químicos de síntesis.
En la finca «El juncal», espacio en el que los animales habitan con total libertad garantizando dos hectáreas por animal en una base territorial de aproximadamente 500 de dehesa y praderas. En este entorno los animales viven un tiempo estimado de entre 20 y 25 años, lo que asegura su bienestar y su dignidad.
El Mundo Ecológico / Carolina Serrano R