En la actualidad, las 40 mega-regiones más grandes del mundo ocupan una pequeñísima fracción de la superficie habitable del planeta, aunque aglutinan el 66% de la actividad económica y el 85% de la innovación tecnológica y científica mundial.
No obstante las ciudades son grandes focos de consumo de recursos naturales y energía y grandes productores de polución y residuos. De hecho consumen el 75% de los recursos y de la energía mundial generan a su vez el 80% de los gases responsables del efecto invernadero a pesar de ocupar tan sólo el 2% del territorio mundial según Naciones Unidas. Dada esta circunstancia en la que por un lado hay que potenciar la actividad económica y la innovación, y por otro lado hay que emprender acciones para reducir el consumo y las emisiones de las ciudades, resulta necesario actuar sobre éstas y sobre las infraestructuras que las abastecen.
El primer paso para conseguir un planeta más sostenible pasa por incorporar el concepto a la formación técnica en los diversos campos de la ingeniería, la arquitectura y la consultoría y hacer hincapié en la necesidad de impartir contenidos relacionados con la sostenibilidad dentro de los currículos formativos. Los objetivos perseguidos con la inclusión de temas relacionados con la sostenibilidad en la enseñanza pasan por sensibilizar a los alumnos en la relación que tiene cada campo de actividad con la sostenibilidad y enriquecer una formación originalmente centrada en aspectos técnicos con aspectos sostenibles. De esta manera se potencian las acciones dedicadas a mejorar la sostenibilidad que los alumnos van a desarrollar en sus futuras actividades profesionales y se promueve la creación de un espacio abierto para la reflexión y el conocimiento de los avances relativos a la cuestión.
Los beneficios resultantes de aplicar a la actividad profesional aspectos sostenibles sobre edificios e infraestructuras repercuten en el ahorro económico directo en el uso y explotación de edificios y infraestructuras, el aumento de su valor, un mayor del confort de los usuarios, la reducción de emisiones de CO2 y la generación de puestos de trabajo cualificados La formación directamente relacionada con la ciudad debe abordar el acercamiento hacia la sostenibilidad introduciendo temas específicamente con la misma, (diseño de zonas verdes, rehabilitación energética, prefabricación, etc) y también aportar propuestas o reflexiones sobre la sostenibilidad en temas generales (casos de éxito, buenas prácticas sostenibles, etc…)
La sostenibilidad es a la ciudad lo que la salud es al cuerpo, hay que mantener los órganos sanos y las arterias limpias y fluidas. Para ello es fundamental actuar en las viviendas que funcionan como verdaderas células de la ciudad (el 40% del consumo energético de las ciudades se produce en las viviendas), conformando barrios que hacen la función de los órganos del cuerpo, definidos en grupos (residencial, industrial, servicios, etc…) Estos órganos se relacionan entre sí a través de los diversos sistemas (sistemas generales de espacios libres, viario, abastecimiento de agua y energía eléctrica y saneamiento). Dado el perfil técnico y directamente relacionado con la ingeniería y arquitectura que tienen las infraestructuras en las ciudades y la planificación de éstas, la determinación de incluir aspectos relacionados con la sostenibilidad en la educación adquiere aún más relevancia por el elevado retorno que puede tener sobre el diseño y funcionamiento de la ciudad. Sólo con profesionales concienciados en la responsabilidad social en el sector avanzaremos hacia un planeta más sostenible.
Tomás Llorente Aguado
Arquitecto y Profesor de Urbanismo y Planeamiento Urbano Sostenible en EADIC, Escuela Técnica en Ingeniería y Arquitectura