México firmó en el 2015 el Acuerdo de París, donde hizo el compromiso de reducir el 22% de las emisiones de GEI para el 2030
México es uno de los países de América Latina con mayor potencial para generar energía limpia a partir de fuentes renovables, gracias a que cuenta con abundantes recursos solares, eólicos y termales de manera natural por las características físicas del territorio.
Las energías limpias tienen múltiples beneficios: contribuyen a la lucha contra el Cambio Climático debido a que durante su producción no emiten Gases de Efecto Invernadero (GEI), ayudan a disminuir enfermedades relacionadas con la contaminación, reduce la incertidumbre económica porque son recursos inagotables, a diferencia de las energías a base de combustibles fósiles.
México firmó en el 2015 el Acuerdo de París, donde hizo el compromiso de reducir el 22% de las emisiones de GEI para el 2030. Ese mismo año, se estableció en la Ley de Transición Energética que el 35% de la energía eléctrica generada en el país provenga de fuentes renovables para el 2024.
El abandono de los instalaciones influye en la generación de energía
De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), México tiene una capacidad instalada para generar energía renovable del 31% repartida de la siguiente manera: 1.2% geotérmica, 2% nuclear, 4.3% solar, 7.5% eólica y 16% hidroeléctrica.
Sin embargo, que el país tenga esa capacidad no significa que se genere. Un ejemplo de porque no se alcanza esa capacidad es el estado de abandono en el que se encontraban las plantas hidroeléctricas del gobierno evitó su máximo aprovechamiento. En 2020, las energías limpias solo representaron el 25.5% de la energía generada, mientras el 74.5% provino de combustibles fósiles.
Actualmente estamos a 9.5% de cumplir la meta para el 2024 propuesta establecida en la Ley de Transición Energética. Una medida que tomó la administración actual para alcanzar su objetivo ha sido invertir en las 60 plantas hidroeléctricas de la CFE, en específico 14 de ellas que planean modernizar para el 2024.
Educación ambiental y establecer estrategias
Aunque el panorama luce desalentador, no todo es negativo. Según la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), para marzo de 2020 la capacidad instalada de las centrales eléctricas de energía solar en el país sumó 5,510 megawatts, equivalente a mantener encendidas las luces por una hora en más de 1 millón de casas. Esto representa un incremento anual del 87% con respecto al 2019.
Miguel Ángel Santinellí, director de la Facultad de Responsabilidad Social, comentó que la iniciativa privada está mostrando su compromiso hacia los temas del Cambio Climático con el objetivo de lograr el Carbono Cero, tomando en cuenta el potencial energético que tiene México, siendo el cuarto a nivel mundial en incidencia solar y el tercero en fuentes geotérmicas.
Sin embargo, es necesario hacer un análisis crítico de los efectos de la huella humana sobre el aumento de temperatura antes de tomar cualquier acción. Los dos ejes de acción que para el Dr. Santinelli resultan fundamentales son incentivar la educación ambiental para comprender la gravedad del Cambio Climático y establecer estrategias, sistemas, procesos e indicadores para hacer frente al cambio climático a mediano y largo plazo.
El Mundo Ecológico / Jose Martínez G.