Eduardo Moratalla.- Cooperar es sin duda una de las mejores maneras de conseguir objetivos.
El gesto de trabajar juntos para lograr metas comunes ha sido una de las claves de la evolución. La capacidad de transmitir conocimientos, enseñar y solidarizarse es sin duda uno de nuestros elementos diferenciadores.
En momentos de crisis suele surgir un instinto básico de supervivencia que nos lleva a mirarnos el ombligo y a una situación de pánico que conduce a un sálvese quien pueda. Pero el ser humano no está pensado para huir, sino para enfrentarse a los problemas y superarlos. Es lo que hemos conseguido en estos milenios de civilización, y es el camino que debemos adoptar ahora.
En un momento en el que las empresas privadas no saben bien por dónde tirar, y en el que el paro asfixia, hay un modelo que está saliendo triunfante, el cooperativismo. Desde las cooperativas con más bagaje como las lácteas, ganaderas o del aceite, hasta otras más recientes como las vinculadas a la vivienda o los servicios, están capeando el temporal.
La ONU denominó el 2012 como el año mundial de las Cooperativas. Cientos de iniciativas en los 5 continentes recordaron lo importante de este modelo que permite aunar esfuerzos para ser más competitivos y así tener mayores beneficios. Los números de un país pequeño como España hablan por si mismos.
Desde el año 2008 se han destruido en España más de 180.000 empresas, siendo los años 2011 y 2012 los más críticos. Situaciones de baja productividad, crisis de ventas, impagos de la administración o clientes, etc. Pues tomando de referencia este mismo periodo las cooperativas han crecido un 8,5% y un 12% en estos dos últimos años.
Si bien las cooperativas de todos los sectores se han comportado de igual manera, los resultados lo que demuestran es que la fórmula es eficaz y una de las mejores maneras de salir adelante en esta coyuntura.
Pero nada de esto es nuevo, unirse, ayudarse, colaborar, contribuir han sido claves que siempre han redundado en el bien común y por tanto en la mejora individual. Ahora que vienen mal dadas los hechos nos recuerdan una vez más, cual es el mejor camino a seguir.
Eduardo Moratalla