13 días y casi 4 mil kilómetros después, la protesta de Greenpeace termina en Noruega sin arrestos
Tras subirse a bordo de un buque que transportaba una plataforma de petróleo y gas propiedad de la multinacional Shell, seis activistas de Greenpeace International han desembarcado en el puerto noruego de Haugesun. La policía no ha llevado a cabo ningún arresto.
En un último acto de protesta, los activistas han escalado el mástil de la plataforma, donde han hecho ondear una pancarta que decía “Dejad de perforar”.
Mientras tanto, otros cinco activistas de la organización, encabezados por el director ejecutivo de Greenpeace Sudeste Asiático, Yeb Saño, se han acercado a bordo del barco Tanker Tracker, de Greenpeace, para interceptar la llegada al puerto del buque White Marlin, de 51.000 toneladas contratado por Shell para transportar la plataforma.
Posteriormente, la plataforma ha sido trasladada al muelle y los activistas han podido descender del mástil y desembarcar. Todo esto después de haber viajado casi 4.000 kilómetros desde donde accedieron al barco por primera vez, al norte de las Islas Canarias.
Peticiones para la petrolera Shell
Los activistas han exigido a Shell que asuma su responsabilidad en la crisis climática y pague los fondos para pérdidas y daños. De esta manera, Greenpeace espera ayudar a los países más azotados por eventos climáticos extremos. Dos días tras el inicio de la protesta, Shell anunció beneficios récord de casi 40.000 millones de dólares en 2022
Por otro lado, Shell amenazó a los activistas con multas y penas de cárcel. Además, la organización afronta una reclamación por daños y perjuicios de 120.000 dólares (entre otras razones, por usar una mini turbina eólica a bordo de la plataforma, según señala la demanda recibida).
Hablando desde el velero Tanker Tracker, Saño, que anteriormente ejerció como negociador principal de Filipinas en las conversaciones climáticas globales, ha señalado: “Puede que Shell piense que este es el final de nuestra protesta, pero mi mensaje para el director ejecutivo Wael Sawan es que esto es solo el principio”.
“No se trata solo de que Shell se puede permitir pagar; se trata de una cuestión de justicia: que paguen por la destrucción que están causando directamente. Shell, y la industria de los combustibles fósiles en general, deben dejar de perforar y comenzar a pagar. De una forma u otra haremos que los que contaminan paguen”, añadió Saño.
La plataforma de Shell
La plataforma que arribó en Noruega es una plataforma flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO). Esta tiene como objetivo que la multinacional pueda extraer todas las reservas de petróleo y gas del pozo Penguins, en el mar del Norte.
En su pico de producción, puede llegar a obtener 45.000 barriles de petróleo equivalentes por día (en torno al 10% del consumo de transporte en España), aunque la multinacional espera también que se puedan abrir nuevas áreas de exploración.
El Mundo Ecológico / Greenpeace