Cuarta edición del Bionic Festival 2020

4 años conquistando corazones verdes a través de la danza con plantas

Lisboa, la ciudad a orillas del Tajo, ha sido el escenario de la cuarta edición del Bionic Festival 2020, una competición Internacional de danza experimental con plantas móviles marcada por la pandemia que se ha celebrado, pese a todo, el mes de noviembre en el Campo de las Cebolas de la capital lusa y que ha conmemorado el año de la Salud Vegetal proclamado por la Asamblea de las Naciones Unidas.

La pandemia mundial que ha supuesto la ausencia de grupos de bailarines, como en otras convocatorias, con una propuesta escénica de solos con plantas. Pero como en ediciones anteriores, la competición nos ha dejado momentos creativos imborrables de los seis artistas y las plantas que se han convertido en las perfectas compañeras en una época marcada por el obligado distanciamiento social.

Henrique Furtado Vieira y el árbol Nerium Oleander se alzan con el primer premio del Bionic Festival

El jurado del Festival compuesto por los bailarines y coreógrafos Fabian Thomé y Manuel Rodriguez, el comisario y artista Abraham Hurtado, la curadora Violeta Janeiro y la presidenta de la Asociación VidaSana y directora de BioCultura, Angeles Parra, decidieron otorgar el primer premio a Henrique Furtado Vieira y el árbol Nerium Oleander.

El bailarín y coreógrafo portugués es miembro de la compañía de danza O Rumo do Fumo de Lisboa. Ingeniero medioambiental, habiendo compaginado su formación artística en INSA Lyon y Extensions CDC Toulouse, Henrique presentó una propuesta metafísica de sombras, movimientos lentos y paralizados donde el árbol Nerium se convertía en un ser más dinámico. Un mundo de viajes y sueños, una visión melancólica y romántica, que consiguió la maxima puntuación del jurado.

El segundo premio ha sido otorgado al bailarín portugués Bruno Morais, licenciado en danza del Theaterschool, a.h.k. de Amsterdam. Desde entonces, ha trabajado con Iván Pérez, Renan Martins de Oliveira, Thierry Smits, Eleesha Drennan, Eldad ben Sasson y Lonneke van Leth.

Bionic Festival plantas

El Bionic Festival es un proyecto sostenible y multicultural

El tercer premio ha sido para la artista y performer indo-austríaca Navina Neverla. Su trabajo se ha presentado en festivales de cine y arte visual. Ha trabajado con Vânia Rovisco, Cristine de Smedt en TATE Modern, Monoel Barbosa, Gods Entertainment, Isabelle Schad, André Guedes y Kavata Mbiti.

«En las propuestas de Bionic Festival 2020 hay sensibilidad hacia las plantas. Hay alegría, tristeza, mascarillas, hedonismo, acrobacias, y muchos juegos. Pero sobre todo hay talento», afirma el creador del Festival, el artista Honevo. Bionic Festival es un proyecto sostenible y multicultural que une la danza, la música y los arboles móviles. Y qué ahonda en el vinculo misterioso entre las personas y las plantas, unidos en el reto de mejorar la calidad de vida de nuestro planeta.

El Bionic Festival, nacido en Madrid y creado por el artista Honevo, une artes escénicas con plantas móviles, humanizando a las plantas y ayudando a romper el antropocentrismo iconográfico de la sociedad de consumo pos-digital. El Bionic Festival invita a bailarines, artistas, actores y performers a compartir escenario con plantas y árboles. Para generar piezas coreográficas totalmente diferentes y ricas. Por la cantidad de alusiones y significados, algunos relacionados con la crisis medioambiental actual.

Un nuevo lenguaje artístico de conciencia ecológica inmediata

«Una de las artistas finalistas, Sabrina Sotelo ha intentado biomimetizarse como una mariposa. Otro de los finalistas André Garcia, acababa de hacer un curso de permacultura y bailó con su prótesis junto a una palmera de Madagascar». Nos cuenta Honevo, creador del Bionic Festival, quién afirma que el Festival de Danza Biónica ha dado un paso más en su internacionalización. Afianzándose como una nueva corriente artística.

El Bionic Festival es una búsqueda incansable, a través de la danza. Un nuevo lenguaje artístico, donde los bailarines exploran su propia expresión utilizando árboles móviles. Como el ancla y núcleo de su coreografía. Es una oda a la naturaleza, y al árbol como guía y guardián. En un mundo necesitado de una toma de conciencia ecológica inmediata, para así poder afrontar los graves problemas medioambientales a los que se enfrenta la Tierra.

Las plantas participantes han sido donadas a dos comunidades de vecinos del barrio de Alfama en Lisboa, la asociación Biomima, organizadora del Bionic Festival, calcula que las plantas que el Bionic Festival ha donado a las huertas urbanas y comunidades de vecinos de Madrid, en pasadas ediciones, suponen menos de 150 toneladas de CO2 al año en emisiones para la capital española. Un pequeño impacto positivo que sirve para visibilizar el trabajo sensible de grandes bailarines, artistas y plantas.

El Mundo Ecológico / BIOMIMA HUB

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