8.627 tonalidades de plástico procedentes de las microesferas de los cosméticos llegan al mundo marino en Europa
Tal y como su propio nombre indica, las microesferas de plástico son unas pequeñas bolitas de colores que se suelen encontrar en productos cosméticos. Por ejemplo, los exfoliantes faciales, los geles de baño o la pasta de dientes. Según Greenpeace, cada cosmético que contiene plástico cuenta con 130.000 y 2,8 millones de micro-esferas plásticas.
Además de estar presente en los cosméticos, también se pueden encontrar en productos industriales de limpieza, en la ropa realizada con materiales sintéticos o en chicles.
Las microesferas de plástico, un peligro invisible
En Europa se aprobó una ley que prohíbe los plásticos de un solo uso. Por lo tanto, también prohíbe la venta de cualquier fabricado con plástico oxodegradable o con esferas de menos de 5 milímetros. Es importante conocer por qué debemos prescindir de los productos que llevan este ingrediente en su formulación.
Estos productos destruyen nuestros océanos debido al tamaño reducido de las microesferas de plástico, pues es muy difícil tratarlas. Son resistentes a los químicos por lo que llegan directamente a nuestros ríos y finalmente al mar, permaneciendo totalmente inalterables.
Según Greenpeace, solamente en Europa llegan al medio marino 8.627 tonalidades de plástico procedentes de las microesferas de los cosméticos. Una cifra muy preocupante si tenemos en cuenta que tardan más de 100 años en degradarse.
Además, están en nuestra alimentación. Al estar presentes de manera inalterable en los océanos, muchos animales confunden estas microesferas con comida provocando una alteración de la cadena trófica. Es por ello que no es complicado que nos encontremos la presencia de microesferas de plástico en la sal, en el marisco o incluso en el agua potable.
Los protectores solares, si no se elige bien, influye negativamente en el estado de los océanos
Algunos compuestos que suelen estar presentes en los filtros solares químicos, como la oxibenzona, afectan a los corales, blanqueándolos y frenando su crecimiento, algo que perjudica también a la fauna marina, ya que tiene menos alimentos.
Los parabenos, presentes en gran parte de la cosmética tradicional (ya sean protectores solares o cremas corporales), también pueden dañar el coral y la fauna marina.
Sin embargo, los filtros químicos no solo resultan perjudiciales para el medio ambiente, también para nosotros mismos, ya que «son disruptores hormonales y suelen ser más susceptibles de producir alergias” indica Natalia Olmo.
¿Cómo saber si mi protector solar es dañino para el medio ambiente?
Para saber si el protector solar es o no perjudicial para el medio ambiente tan sólo debemos fijarnos en su formulación. Los componentes dañinos son los que contienen los filtros solares químicos, aquellos que estamos más habituados a ver.
La oxibenzona, el cinamatos, el alcanfor, el BPA (bisfenol), los benzofenonas y demás elementos sintéticos derivados del petróleo, son algunos de los ingredientes de los que debemos huir, si queremos utilizar un protector solar respetuoso con la flora y fauna marina.
La alternativa a los protectores solares tradicionales con filtro solar químico son los filtros solares físicos. Los ingredientes con los que estos se elaboran son partículas naturales de origen mineral, como el óxido de zinc o el dióxido de titanio sin nanopartículas.
Además, son sustancias naturales que tampoco suelen provocar alergias en aquel que las utiliza. Al contrario de lo que se cree, el filtro solar físico protege mucho más que uno químico.
«Es más, los protectores solares con filtros físicos se pueden aplicar justo antes de exponernos al sol ya que actúa como si se tratase de una pantalla, mientras que el químico debe aplicarse una hora antes de la exposición solar porque necesita penetrar en la piel” concluye la fundadora de Maminat, Natalia Olmo.
El Mundo Ecológico / Maminat