A través de un estudio de observación diaria, el equipo de Zoología estudia su comportamiento, con el fin de garantizar su bienestar
En este siglo los zoológicos han asumido un papel clave dentro del mundo de la conservación. El deterioro ambiental y la extinción masiva ha hecho que, en algunos casos,
sean la única esperanza para muchas especies críticamente amenazadas.
Esta misión está compuesta por tres pilares esenciales: conservación, educación e investigación. Un ejemplo de ello es el proyecto desarrollado por Bioparc Fuengirola. Un estudio a través del cual pretenden conocer el comportamiento y necesidades de una de las especies más emblemáticas y expuestas a la extinción que alberga: el tigre de Sumatra.
“Estudiar de cerca a los animales nos permite mejorar los manejos, así como su cría, bienestar y alimentación. Llevamos meses observando los comportamientos de nuestra pareja de tigres de Sumatra para asegurarnos de que los espacios que ocupan cubren sus necesidades y potencian sus instintos naturales.
De esta forma, podremos perfeccionar la forma de garantizar el bienestar de Kerinci y Harau”, explica Antonio Garrucho, responsable de Zoología.
El patrullaje, el baño, el rasgado de uñas o el acicalamiento son claves para este trabajo
Desde hace casi un año, todos los miembros del equipo de Zoología realizan observaciones
diarias sobre el comportamiento de ambos felinos. Cualquier conducta o pauta que
manifiesten es clave para el estudio y todas ellas son reflejadas en un etograma,
herramienta de campo para analizar y evaluar estos patrones.
“Son muchas las horas de observación por parte de los cuidadores. Estos se cambian de ropa para que ni Kerinci ni Harau los identifiquen y condicionen sus comportamientos. Y con el uso del etograma, registramos desde el momento de beber o comer, hasta el de limarse las uñas, la exploración o patrullaje, etc.», destaca Garrucho.
Durante todos estos meses, el equipo ha diferenciado todos los patrones que desarrollan y en qué ocupan su tiempo cada momento del día. A partir de esta observación y ya con algunos resultados previos obtenidos, han detectado qué aspectos funcionan y cuáles no.
“De momento, con los resultados preliminares podemos decir que no hay ninguna zona que ellos no utilicen. Sí hay preferencias que van cambiando a medida que las temperaturas varían y también observamos cuáles son las carencias que tenemos que paliar”.
20 años trabajando en la conservación del tigre de Sumatra
Bioparc Fuengirola es uno de los dos parques que alberga a esta subespecie en España.
Hoy en día puede contemplarse una pareja de tigres de Sumatra, Kerinci y Harau, ejemplares que forman parte del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) de la EAZA en el que el parque participa desde 2002.
Para preservar la subespecie, además de los programas de conservación y reproducción en los diferentes continentes, existe un programa global de manejo de ejemplares con el fin de garantizar una población numerosa y genéticamente sana para que, en el momento en que sea viable, poder desarrollar un programa de reintroducción.
Los pocos tigres de Sumatra que quedan en la naturaleza se enfrentan a tres amenazas:
la caza furtiva, la destrucción de su hábitat y la disminución de sus presas naturales. La
creciente demanda de huesos de tigre para la medicina tradicional asiática aumenta
constantemente la presión de los cazadores furtivos.
La acción del hombre reduce su hábitat a la vez que disminuye sus presas. Las poblaciones salvajes solo sobrevivirán si los habitantes locales se interesan por los tigres y luchan por su supervivencia. Y aquí el programa europeo de conservación del tigre de Sumatra es un ejemplo del esfuerzo que la comunidad de zoos realiza para conservar la especie.
El Mundo Ecológico / BIOPARC Fuengirola