Distintos modelos de ver la rentabilidad versus sostenibilidad
El activismo empresarial se puede definir como el diálogo directo de los accionistas con los directivos de una empresa. Su objetivo final es obtener un mejor desempeño financiero, de gobernanza, social y medioambiental de la compañía.
Desde el punto de vista corporativo el diálogo con los accionistas es la herramienta fundamental para convertir el activismo accionarial en una oportunidad. Gracias a él, es posible alinear intereses de la organización y de los accionistas.
A continuación, comentamos varios ejemplos recientes de activismo accionarial, que nos ayudarán a ver cuándo es positivo para una corporación y cuando no.
Rebajar la maximización de beneficios para el accionista
El presidente de Danone, Emmanuel Faber, junto con los presidentes de 180 de las corporaciones más grandes de EE. UU., proponían en la declaración que firmaron en Business Roundtable 2019, un cambio radical de las empresas consistente en rebajar la maximización de beneficios para el accionista con el objeto de favorecer al resto de grupo de interés, como empleados, clientes, proveedores y sociedad.
Bluebell Capital y Artisan Partners, ambos fondos activistas, presionaron y finalmente consiguieron la destitución de Faber, acogiéndose a los peores resultados de la compañía en 2020 frente a su comparable Nestlé. A Faber no le dieron tiempo para demostrar que muchas de las políticas establecidas en pro de los distintos grupos de interés darían sus frutos en los próximos años.
Falta de compromiso en la transición energética
Por otro lado, el ‘hedge fund’ Engine Nº 1, con una participación del 0,02% de la petrolera y junto con apoyo de otros inversores como Blackrock y fondos de pensiones de California y de Nueva York, han echado un pulso al CEO de ExxonMobil, Darren Woods.
Acusan a ExxonMobil de no contar con un plan coherente para sobrevivir a la transición global hacia las energías limpias, lo que pone en peligro la persistencia de la compañía en el largo plazo. En el caso de Danone el activismo accionarial no ha permitido continuar en su puesto a Faber, gran defensor de una transformación profunda en el modelo económico y empresarial para que la humanidad pueda hacer frente al tsunami climático y a la quiebra social provocada por las desigualdades.
Y la otra cara de la moneda es ExxonMobil, donde los activistas presionan al CEO por su falta de compromiso en la transición energética. Rentabilidad versus sostenibilidad, ahí está la clave para reflexionar.
El Mundo Ecológico / Portocolom Agencias de Valores